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Impacto Desgarrador de la Guerra en la Infancia Ucraniana

La ONU ha publicado un informe desgarrador que detalla los devastadores efectos de la guerra en Ucrania, especialmente en los niños. Según el documento, al menos 669 niños han perdido la vida y 1.833 han resultado heridos a causa del conflicto. Además, cerca de 2,5 millones de menores han tenido que abandonar sus hogares en los últimos tres años.

El informe, elaborado por la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos, expone las terribles consecuencias que la guerra ha tenido en la infancia, subrayando que, aunque se han confirmado estas cifras, el número real de víctimas podría ser incluso mayor. En detalle, 521 niños fallecieron en áreas controladas por Ucrania y 148 en territorios ocupados por Rusia.

La ONU publicó un desolador informe que evidencia los efectos de la guerra en niños ucranianos. Foto: Inquam Photos

Desplazamiento y Separación Familiar

Respecto al desplazamiento, 737.000 menores aún se encuentran en Ucrania, lejos de sus hogares, mientras que 1,7 millones han buscado refugio en otros países. Muchos de estos niños han sido separados de sus familias, lo que agrava su situación.

Volker Türk, alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, ha analizado la situación y afirmó que las hostilidades han causado graves abusos y un sufrimiento inimaginable para millones de niños, cuyas vidas han sido marcadas por violaciones a sus derechos en todos los aspectos. Este sufrimiento ha dejado profundas cicatrices tanto físicas como psicosociales.

Consecuencias en la Educación y Seguridad Infantil

El informe también destaca que no se dispone de cifras exactas sobre el número de menores que han sido trasladados forzosamente a Rusia, un acto que constituye un crimen de guerra según la legislación internacional. Sin embargo, se han documentado al menos 200 casos en el primer año tras la invasión.

En las regiones ocupadas, los niños enfrentan la imposición del sistema educativo ruso, que incluye restricciones en el uso del idioma ucraniano y una enseñanza orientada a la propaganda bélica. Estas políticas no solo alteran su educación, sino que también ponen en riesgo su identidad cultural.

Desde el comienzo del conflicto, al menos 1.614 escuelas han sido destruidas o dañadas, y un tercio de los niños debe recibir educación de manera virtual. Sin embargo, los constantes ataques a la infraestructura energética provocan apagones, lo que interrumpe su aprendizaje y desarrollo.

Otro peligro inminente es la gran cantidad de minas antipersona y otros artefactos explosivos que están esparcidos por el territorio, representando una amenaza constante para la infancia.

Volker Türk concluyó enfatizando el sufrimiento de los menores debido a la guerra, indicando que los niños ucranianos han vivido experiencias muy duras: algunos son refugiados en Europa, otros han sido víctimas directas, viven bajo la amenaza constante de bombardeos, o enfrentan políticas coercitivas en las zonas ocupadas.

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